COMBUSTIBLES SÓLIDOS COMO FUENTE INDUSTRIAL DE CALOR

La era en la que vivimos tiene marcados sus últimos años por los combustibles fósiles y abundantes. Un ejemplo de esto es el auge de la movilidad humana en el siglo 20, que no tiene comparación con otras épocas gracias al combustible barato (barato en términos económicos).

Estas fuentes de energía están sujetas a vaivenes internacionales muy fuertes. Como ejemplo, el 20 de Abril de 2020, las opciones a futuro del barril de petróleo tenían valor negativo, se pagaba por recibir petróleo, dado que los depósitos estaban llenos, inclusive los barcos petroleros anclados en puerto. Sin duda tenemos que replantearnos no sólo la matriz energética, sino también la red financiera que hemos extendido sobre todas las actividades humanas, que hacen que suceden estas deformaciones.

La crisis del petróleo de los años 70 fue el germen del actual movimiento de eficiencia energética. Seamos proactivos y logremos que la crisis del 2020 (recesión + pandemia) finalmente nos enrute hacia la sostenibilidad y regeneración en todas las actividades humanas.

Una actitud a tomar para avanzar en este camino hacia el horizonte de le sustentabilidad es volver a pensar en escala local para generar y valorar recursos locales, en esquemas híbridos que permitan transiciones, grises, soluciones mixtas que permitan ir saliendo de lo viejo y extractivista hacia lo nuevo y regenerativo. La madera como recurso es parte de ese camino. Hoy hay dispositivos que permiten aprovechar los combustibles sólidos como energía.

Así, no es necesario vivir al lado de un monte misionero, o un bosque patagónico para estar cerca de una abundancia de madera. Cada ciudad cuenta con un acervo forestal, que todos los años provee recortes de poda que, en la mayoría de los casos, hoy van a parar a rellenos sanitarios. Esas toneladas de madera pueden ser convertidas en combustible apto para dispositivos que puedan convertirla en calor. Todos ganan. Cada metro cúbico de un relleno sanitario es costosísimo y 2 Kg de madera tienen la misma cantidad de energía que 1 litro de nafta súper. Sólo es cuestión de articular el recurso con la necesidad.

Sea el estado (Municipios, OPDS, Bioenergía andina, Ciefap, INTI, INTA), o sea a través de un conglomerado de empresas. La técnica está. Necesitamos más organización.

En artículos siguientes profundizaremos en esta temática.

Pablo Kulbaba de Hacono Energía es especialista en sistemas de combustión de biomasa.